La pluma de Wilde siempre me ha parecido maravillosa por su valentía a la vez que por su visión estética. Sus cuentos son trágicos, marcados por la maldad humana, tristes, pero siempre remarcando lo hermoso, siendo la belleza uno más de sus protagonistas. Muchos de estos cuentos tienen connotaciones religiosas, la mayoría arremeten contra las clases altas de la época y todos tienen una moraleja. He disfrutado mucho leyendo cada uno de sus cuentos, con su gran moral y esa fina ironía que te atrapa. Pero, sin duda, si tuviera que quedarme con uno, sería con "El fantasma de Canterville", por el que siento un cariño especial. Lo leí de pequeña y más tarde, lo he releído en incontables ocasiones, y siempre, siempre, me ha hecho sonreir.
hace 13 años