La Historia avanza imparable trayendo los mejores progresos y ventajas materiales que jamás hayamos podido disfrutar. Y, sin embargo, nadie parece advertir el momento en que la comodidad ha traído consigo el mayor cansancio y la mayor pérdida de valores que una sociedad pueda soportar. En "Cuando la pobreza no era una culpa", los autores echan mano de los recuerdos para rememorar las vidas de sus antepasados, italianos emigrados en Argentina, para trasladarnos a una época en la que la pobreza, las penurias y las dificultades no estaban reñidos con la felicidad, el amor, la cultura, la solidaridad y la amistad sincera. Una vida donde todo el duro esfuerzo merece de verdad la pena y que, frente al egoísmo y la primacía de lo efímero del presente, nos hace inevitable el pensar que "estábamos mejor cuando peor estábamos".