Después de ocho años, Geniver Loxley aún no se ha sobrepuesto a la muerte de su hija Beth durante el parto: se le encoge el corazón cuando ve a madres con sus bebés, ha abandonado su carrera literaria para acabar dando clases y su relación con su marido Art se ha asentado en una inevitable rutina. Pero un día, sucede un hecho que cambiará radicalmente la vida de Gen: una mujer aparece en la puerta de su casa y le dice lo que ansiaba oír: su hija está viva y está esperando a que la encuentren. Aunque es difícil de creer, esa revelación es suficiente para desmoronar la reconstruida vida de Gen, que se empieza a hacer un millón de preguntas: ¿Dónde está Beth en ese momento? ¿Por qué Art no quiere involucrarse? ¿En quién puede confiar? A pesar de las advertencias de su familia y amigos, Gen empieza a remover los recuerdos del pasado, buscando desesperadamente alguna pista que le indique dónde está su hija. La esperanza de recuperarla la lleva a un estado de paranoia y miedo constantes que se agravan cuando poco a poco se da cuenta que hay secretos que quizás es mejor no saber. La verdad podría quitárselo todo: su carrera, su marido, Beth… e incluso su vida.