Esta es la tercera novela de la escritora argentina Claudia Piñeiro y la que menos me ha gustado. El comienzo, a base de remachar que la protagonista (al menos una de ellas/os) no cree en Dios y sus introspecciones sobre la religión un tema casi redundante a lo largo de la novela, me resultó aburrido, aunque al final, el tema de la doble moral está bien planteado. El punto principal de la trama es el brutal asesinato de una joven, que convulsiona a la familia hasta el punto de que una de las hermanas se va de Argentina con el argumento de no volver hasta que se resuelva quién mató a su hermana, lo que me pareció bastante incongruente. Mientras se van esclareciendo los trágicos hechos, vamos conociendo a los diferentes personajes que conforman la historia, en su mayoría familiares y allegados de la víctima, y que la autora nos va presentando uno por uno, sin que ninguno de ellos me pareciera especialmente interesante. En general, la historia me ha resultado repetitiva, previsible y bastante inverosímil.
hace 4 años