Y entonces, surgió África. Fue como un rayo que de súbito cayó sobre su existencia y acabó por quemarla entera. En su ánimo, la serenidad se transformó en pasión, la tibieza en incendio, el sosiego en vehemencia, la apatía en ansiedad, la calma en ambición, el reposo en vanidad y el gozo en se. Ni s...