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ANTOLOGÍA POÉTICA ORTIZ, MANUEL

Nota media 10 Excelente 1 voto 1 críticas

Resumen

“Poesía clara, de elegante sencillez, rara avis en estos tiempos de confusión. Por esa vía de serenidad el poeta vence y convence al lector ecuánime.” Jorge Guillén “Los libros de los que se han seleccionado estos poemas aparecen aquí por el orden cronológico en que fueron escritos, no por la fecha de su publicación. Juegos y Canciones, que vio la luz recientemente (InnovaLibros, 2011) ya había tomado cuerpo hacia la mitad de los años noventa. Un adelanto del mismo lo constituyó la edición no venal de Diez canciones, con trabajos del pintor extremeño Luis Ledo (Serigrafías Ortiz, Mérida, 1995). Al preparar esta antología de mis cuatro libros, se me ha ocurrido pensar en los cuatro tiempos que vertebran una sinfonía. Juegos y canciones vendría a ser el scherzo.” Manuel Ortiz

1 críticas de los lectores

10

La poesía de Ortiz se carga de significado. Sus poemas son la explicación de un sentimiento presentado de una forma tal que ésta lo complete. En su lenguaje el término real y el metafórico no se pierden de vista, permanecen cercanos concediéndole el protagonismo a la imagen y creando de esta manera una lectura intuitiva. A menudo logra, con un reducido número de versos o incluso con breves sílabas, no sólo que entendamos su significado sino que lo sintamos. (“Parece que esta tarde la nevada / me estuviera nevando alma adentro. / He pedido a Cetina y a Medrano / la buena compañía de sus versos / y arden en el hogar troncos de olivo / que ayuden con su paz al pensamiento.”). Quizás esta comprensión inmediata de la obra de Ortiz, esta empatía, sea posible por su vitalismo. Habla de lo trascendente, de la vida en sí misma, de lo banal y de lo fundamental. Pero lo hace de una forma clara y sensata. Es una poesía profundamente reflexiva. Nos imaginamos al autor sentado en un rincón de su jardín meditando sobre la futilidad de nuestras acciones, recuerdos lejanos o la certeza de la muerte. Esa reflexión sobre la trascendencia el poeta la realiza a través de un análisis de lo cotidiano, los silencios, lo pequeño, lo inocente… La aceptación de la vida, ante la imposibilidad de conocer su sentido, llega a través de lo cotidiano. Y esta aceptación es a lo máximo que puede aspirar un ser humano: el recuerdo de lo vivido, el amor dado y recibido y la esperanza de eternidad.

hace 11 años