“Yo tenía una isla” es la primera novela de Lorenza Pieri y está ambientada principalmente en la isla del Giglio, en la Toscana italiana, en la que la autora pasó su infancia. La historia se desarrolla a lo largo de casi 40 años, desde 1976 hasta 2012, y está narrada en primera persona por Teresa, una niña en las primeras páginas, mujer adulta en las últimas.
Teresa pasa su infancia en el Giglio, junto a su hermana Caterina, sus padres –Elena, a la que llaman “la Roja”, por su color de pelo, pero sobre todo por sus ideas políticas, y Vittorio, veterinario y el único hombre en una familia en la que predominan las mujeres– y su abuela Nonnalina. Elena y Vittorio gestionan el hotel San Lorenzo.
La protagonista –dulce y tranquila, siempre pendiente de su hermana mayor, mandona, manipuladora y con un carácter fuerte que la enfrenta a sus padres–, describe su día a día, su amistad con Pietro, las discusiones constantes de Caterina con su madre, la tristeza cuando su hermana se va a estudiar fuera... Los años pasarán y Teresa crecerá, tendrá sus primeros amores, deberá marchar de su isla querida a su pesar, volverá en sus veranos adolescentes, para instalarse definitivamente, con el paso de los años, fuera de ella. No obstante, la vida da muchas vueltas, y en ocasiones el pasado llama y nos sorprende.
A mi entender, tanto se puede considerar una novela de crecimiento como una novela familiar, pues no deja de abarcar a todos sus miembros. La infancia de Teresa en el Giglio es la época que ocupa más páginas del libro y la más atractiva, además es la que marcará su futuro. Pero es también una novela psicológica en la que se analizan las distintas relaciones personales entre personajes y se plasman de un modo muy realista. Este aspecto me ha gustado mucho.
Asimismo somos testigos de algunos acontecimientos históricos importantes en relación con la isla, que se entrelazan con la trama, como el destierro allí de dos neofascistas acusados del atentado terrorista que tuvo lugar en la Plaza Fontana de Milán en 1969, o el impresionante hundimiento de un crucero que encalló frente a la costa del Giglio en enero de 2012.
En conjunto me ha parecido una historia muy realista, narrada con una prosa bella y fluida, en la que destacan los personajes y que se disfruta con placidez. Me ha gustado mucho y la recomiendo.