En esta ocasión sor Fidelma parte en barco hacia Galicia en la península Ibérica, con un grupo de peregrinos y sin la compañía de su inseparable amigo sajón Eadulf. Sor Fidelma necesita poner en claro sus ideas. Sin embargo, al llegar al barco se produce el encuentro, un poco comprometido, con un viejo pretendiente que la turbará, y una nave no es el mejor sitio donde conseguir un poco de intimidad y sosiego. Por si fuera poco, el tiempo no acompaña, y durante la primera noche de travesía desaparece uno de los peregrinos. El hallazgo de una toga ensangrentada no hace sino plantear nuevos enigmas y, Fidelma tendrá que desplegar todo su ingenio para sacar a la luz viejas historias de celos y envidias. Esta serie es una perfecta para los amantes del mundo celta, con ella además de conseguir un entretenimiento se dan a conocer las leyes, las costumbres y las religiones que convivían con la religión católica en la baja Edad Media, todo ello de una forma amena y perfectamente encajado en la trama. VIII entrega de los misterios de Sor Fidelma.