Muere Henning Mankell, icono literario sueco y creador de Wallander

Muere Henning Mankell, icono literario sueco y creador de WallanderEl escritor Henning Mankell, creador de la popular serie de novelas policíacas del inspector Kurt Wallander y considerado un icono literario sueco contemporáneo, murió hoy a los 67 años víctima de un cáncer.

El precursor del «boom» de la novela negra nórdica, convertida en fenómeno internacional en los últimos años, falleció esta madrugada en Gotemburgo (Suecia) «a consecuencia de su enfermedad», informó en un comunicado la editorial Leopard, que fundó en 2001 con el editor Dan Israel y que publicaba desde entonces su obra.

Mankell (Estocolmo, 1948) había revelado al diario «Göteborgs-Posten» en enero de 2014 que le habían diagnosticado un cáncer «grave» y que tenía un tumor en la nuca y otro en un pulmón.

Semanas después comenzó en ese medio una serie de columnas sobre su lucha contra la enfermedad, un «descenso a los infiernos» que quedó reflejado en «Kvicksand» («Arenas movedizas»), última obra editada en castellano en la que intercala recuerdos con pensamientos sobre la muerte, el miedo, la esperanza, las creencias y la vida.

Fue la predecesora de su último libro publicado, «Svenska gummistövlar» («Botas suecas»), aún sin traducir al castellano y que es una continuación «libre» de una de sus novelas más queridas, «Italienska skor» («Zapatos italianos», 2006).

Escribir era para Mankell un «soplo de vida», recordaba hoy a medios suecos Dan Israel, amigo personal del escritor desde hacía cuarenta años.

«Tenía planes para escribir un nuevo libro de Wallander para el 25 aniversario el próximo año. Probablemente creía que iba a luchar un tiempo más. A lo que más miedo le tenía era a no poder escribir, a estar apagado y cansado, y eso nunca ocurrió», declaró Israel.

Mankell había tenido que suspender su participación en la Feria Literaria de Gotemburgo hace una semana por razones de salud.

«Sé que antes o después esta enfermedad me matará», dijo en su última entrevista publicada por «Göteborgs-Posten» el 27 de septiembre, en la que aseguraba que dedicaba dos horas al día a la escritura y se mostraba «satisfecho» con la vida que había vivido.

Ahí desvelaba también que estaba escribiendo una novela de nombre «La noche» sobre las enfermeras que trabajan en turno nocturno, una idea que le surgió después de un reciente ingreso hospitalario.

Y se mostraba ilusionado con el proyecto de una serie biográfica sobre el cineasta Ingmar Bergman, su suegro, cuyo manuscrito escribió hace cuatro años y que esperaba que se estrenase en 2018, el año del centenario de su nacimiento.

Mankell lanzó en 1973 «Bergsprängaren» («El rompedor de rocas»), la primera de una veintena de novelas, Wallander aparte, a las que hay que sumar una docena de libros infantiles y varias obras de teatro, conformando una obra que ha vendido más de 40 millones de ejemplares y ha sido traducida a 40 idiomas.

Pero fue la saga de Wallander, iniciada en 1991, la que le dio el éxito internacional, también en televisión, primero en Suecia y luego en versión en inglés protagonizada por Kenneth Branagh.

«Henning Mankell se entregó a la vida y al arte con apasionada dedicación. Voy a extrañar su inteligencia y su gran generosidad», señaló Branagh en un comunicado enviado a «Radio de Suecia».

Como escritor se consideraba un intelectual responsable de mantener un compromiso humanitario y denunciar las injusticias.

Ese compromiso le llevó en el verano de 2010 a embarcarse en la «Flotilla de la Libertad» con destino a Gaza, proyecto que acabó con la muerte de nueve activistas durante el asalto israelí a uno de los barcos y con Mankell detenido junto a varias decenas de personas.

En su obra no se abstuvo de criticar la aparentemente perfecta sociedad sueca y abordó asuntos como la colonización o los problemas del continente africano y la situación de la mujer.

Desde que hizo su primer viaje a África hace cuatro décadas, Mankell residió durante muchos años entre Suecia y Mozambique, donde ejercía de director artístico del Teatro Avenida de Maputo.

En su última entrevista, Mankell lamentaba la relación «distante» con la muerte en la cultura occidental actual y la tendencia a situarla «fuera de la vida», mientras que en África se la considera aún «una parte evidente» de ella.

«En Suecia la muerte es algo de otra parte, los hospitales o las funerarias. Las personas pueden vivir toda una vida sin ver a un muerto a no ser en la televisión. No sé si eso es bueno», decía.

Copenhague, 5 oct (EFE)

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