La muerte en la literatura: 14 escritores que se quitaron la vida

La muerte en la literatura: 12 Escritores que se quitaron la vida(Desesperación, Edvard Munch)

Los escritores, al igual que el resto de artistas, poseen la virtud de vivir para siempre a través de sus obras. Estas les permiten ser recordados mucho tiempo después de desaparecer. Pero ni siquiera su pasión por las letras y su genialidad les salva de la desesperación y muchos, decidieron abandonar este mundo de forma voluntaria.

En el listado que os presentamos a continuación, hemos seleccionado algunos autores que decidieron poner fin a su vida antes de tiempo. Como podréis comprobar, encontramos casos en todas las épocas y de muy diferentes géneros y estilos literarios. Una prueba de que la línea que separa la creatividad de la insatisfacción es muy difusa. 

1. Mariano José de Larra (1809-1837)

El célebre periodista, crítico y articulista español (que firmaba como Figaro) puso fin a su vida de un disparo a los 28 años a causa de un amor no correspondido.

Vuelva usted mañana y otros artículos

Obras: El casarse pronto y malEl pobrecito habladorObras completas. Artículos I, Figaro, El doncel de don Enrique el doliente, Dos liberales o lo que es entenderseVuelva usted mañana y otros artículos, Artículos de costumbresEl día de difuntos de 1836.

Su extraordinaria labor periodística –que firmaba a menudo con el seudónimo Fígaro– abarcó la crítica teatral y literaria, y artículos políticos y de costumbres donde trataba de problemas tan candentes en la primera mitad del siglo XIX como actuales en nuestra época. La censura, la pena capital, el inmovilismo de ciertos sectores de la sociedad y hasta el maltrato al lenguaje son algunos de los temas que desarrolló con brillantez, ironía y sarcasmo.

2. Emilio Salgari (1863-1911)

Este escritor, periodista y marino italiano muy conocido por sus novelas de aventuras que ambientaba en los mares más diversos como el Caribe, el Pacífico y Las Antillas, etc. pero siempre infestados de piratas. Salgari no fue capaz de soportar más los desequilibrios psicológicos de su mujer y la mala relación que mantenía con sus editores y murió practicándose el harakiri o abriéndose el vientre con un cuchillo.

Obras: La mujer del pirata; El Corsario Negro. Los Tigres del Monpracem. El Rey del Mar; El misterio de la jungla negra; La venganza del Corsario Negro; Yolanda, la hija del Corsario Negro y Los Tigres de Mompracem.

Los tigres de Mompracem

Escritor prolífico autor de más de ochenta novelas y de un centenar largo de relatos, Emilio Salgari (1863-1911) incorporó a la novela de aventuras un mundo desmesurado, poblado de grandes peligros, animales salvajes, caracteres indómitos y pasiones incontrolables, y en el que reinan los valores románticos primitivos de la lealtad, la amistad y el coraje. Situando la acción en paisajes exóticos Malasia, el Caribe, el Oeste americano y anclándola en la verosimilitud por medio de pinceladas históricas y naturalistas, apeló a la imaginación juvenil con novelas tan apasionantes como Los Tigres de Mompracem, en la que encontramos las legendarias figuras de Sandokán, Mariana, Yáñez y James Brooke, con el contrapunto del despechado barón William.

3. Lucy Maud Montgomery (1874-1942).

Esta escritora canadiense de gran éxito de ventas con obras dirigidas al público femenino juvenil sufría de muchas depresiones que la impulsaron a dejar de vivir por voluntad propia a los 68. Seguramente fue incapaz de sobrellevar la soledad que marcó su adolescencia y su infancia desde la muerte de su madre y que le llevó a vivir con sus abuelos que eran muy rígidos y estrictos.

Obras: Valancy Stirling o El castillo azul; Emily la de Luna Nueva; La serie de Ana: Ana la de las Tejas Verdes, Ana la de Avonlea, Ana la de la Isla, Ana, la de los Álamos ventosos y Ana y la casa de sus sueños.

Ana la de Tejas Verdes

Cuando en lugar del chico huérfano que querían adoptar es una niña pelirroja de once años, Ana Shirley, la que entra en las vidas de Marilla y Matthew Cuthbert —dos hermanos solteros que residen en su casa de Tejas Verdes—, todo cuanto les rodea cambiará para siempre. Con su vivacidad, sus risas y también sus lágrimas, y sobre todo gracias a su desbordante alegría e imaginación, Ana conseguirá formar parte de una familia por primera vez y tener un lugar al que, al fin, podrá llamar hogar. Ambientada a principios del siglo XX en un lugar tan mágico como la Isla del Príncipe Eduardo, en Canadá, Ana, la de Tejas Verdes nos llevará a través de los ojos de esta despierta e inocente niña a sentir el mundo como algo totalmente nuevo, a emocionarnos y reírnos con sus aventuras y peripecias, y, en definitiva, a ver la vida desde un prisma más positivo y estimulante. Esta obra, al igual que toda la serie de Ana Shirley, conjuga los valores de la vida rural y la familia con las cuestiones universales que todos nos planteamos en algún momento, como la pertenencia a una tierra, el valor de la amistad o la esencia del amo.

4. Jack London (1876-1916).

El escritor autodidacta, rebelde, revolucionador y romántico decidió dejar de vivir cuando más éxito tenían sus obras, nunca pudo superar los padecimientos sufridos en su infancia.

Obras: Cuando los dioses ríen, Knock out. Tres historias de boxeo, El vag

La llamada de la selva

abundo de las estrellas  y La llamada de la selva.

La llamada de la selva (1903) es una novela centrada en el mundo animal. En ella se narra la historia de Back, un perro que nunca leía los periódicos porque disfrutaba de las comodidades de la civilización en un rancho de California. Pero la insensibilidad de los hombres hará que se enfrente a un mundo hostil y salvaje, que lo pondrá a prueba. Y de esa lucha saldrá triunfante, porque back regresará a sus primitivos orígenes.

5. Stefan Zweig (1881-1942). 

Este escritor murió envenenado en Brasil tras no soportar más la situación decadente de Europa tras la segunda Guerra Mundial y murió junto a su mujer tras ingerir barbitúricos.

Obras: El misterio de la creación artística, El mundo de ayer: memorias de un europeo y Tres poetas de sus vidas.

El mundo de ayer: memorias de un europeo

El mundo de ayer es uno de los más conmovedores y atractivos testimonios de nuestro pasado reciente, escrito además con mano maestra por un europeo empapado de civilización y nostalgia por un mundo, el suyo, que se iba desintegrando a pasos agigantados. Escritor extraordinariamente popular y testigo de excepción de los cambios que convulsionaron la Europa del siglo XX entre las dos guerras mundiales, Zweig recuerda, desposeído y en tierra extraña, en unas circunstancias personales de insospechado dramatismo, los momentos fundamentales de su vida, paralela en mucho a la desmembración de aquella Europa central que se quería más libre y segura, al abrigo de la locura y la tormenta. El resultado es un libro capital, uno de los mejores de Zweig y referencia inexcusable para entender los desvaríos de un siglo devastador.

6. Walter Benjamin (1882-1940). 

Pensador, filósofo y crítico literario alemán de origen judío cuyos estudios se consideran de gran relevancia en la modernidad, emprendió una huida hacia los Estados Unidos y por su paso por España no pudo soportarlo más y se suicidó tomando morfina en Portbou, muy cerca de la frontera con Francia. De él se dijo:

Obras: Historias y relatos, Crítica de la violencia, Walter Benjamín: Aviso de incendio y La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica.

Historias y relatos

Con esta colección de relatos, el lector gozará del placer de leer al Walter Benjamín narrador. En la más pura tradición oriental, Benjamín se detiene a escuchar para después escribir, y fijar así la experiencia, para que no se pierda ni un instante, ni una historia. Es el testigo destinado a ver en el juego, el amor, la marginalidad, la soledad, lo que para otros pasa inadvertido, y captar en toda su intensidad el significado de un momento, el detalle que lo resume todo. La capacidad de evocación de la prosa de Benjamín, la plasticidad que imprime al tiempo y su poder de detenerlo en el recuerdo, la precisión de su estilo para transmitir la emoción concreta, confieren a sus relatos una poderosa atracción. Estas historias, rebosantes de erudición y cosmopolitismo, además de ecos de Goethe, Baudelaire y Rimbaud, contienen la impronta del pensador genuino, en ocasiones irónico, en otras poseído por una melancolía agridulce, siempre esencial.

7.Virginia Woolf (1882-1941).

Las aguas del río Ouse acogieron el cuerpo de esta escritora inglesa que se lanzó con el abrigo puesto y con los bolsillos llenos de piedras. La gran pionera sobre el lugar de la mujer en la literatura y el arte tuvo problemas mentales en su juventud agravados por la muerte de sus padres y los abusos deshonestos de los que era víctima en manos de su hermanastro.

Obras: La fiesta de la señora Dalloway, Un cuarto propio, Fin de viaje, Tres guineas y Una habitación propia.

Tres guineas

En respuesta a una carta en la que se le pedía su opinión sobre cómo evitar la guerra, Virginia Woolf analiza en profundidad la discriminación de que es víctima la mujer, y reivindica sus derechos a recibir la misma educación que el hombre y a tener las mismas oportunidades profesionales y sociales, como base indispensable para la formación de un mundo integrado, racional y pacífico. Sólo entonces una mujer podrá contestar a una pregunta como la que se le formula. Sesenta años después de su publicación, Tres guineas no ha perdido su vigencia y es aún un documento imprescindible para entender muchos de los problemas a los que se ha enfrentado y se sigue enfrentando la mujer, un recorrido lúcido por las pasiones de una inteligencia al servicio de la igualdad y de la libertad, una radiografía implacable de una sociedad que, en muchos aspectos, sigue siendo la nuestra.

8. Ernest Hemingway (1899-1961)

El escritor y periodista estadounidense y gran admirador de la cultura español se disparó una mañana de julio en la casa en Idaho que había comprado hacía poco. Muchos aseguraron que arrastraba muchos traumas de su infancia provocados por la mala relación con su madre desde niño y a la que siempre odió profundamente.

Obras: París era una fiesta, Por quién doblan las campanas, Adiós a las armas, El viejo y el marMuerte en tres actos, Islas a la deriva y Cuentos.

Por quién doblan las campanas

Un clásico del escritor norteamericano, Premio Nobel de Literatura en 1954 comprometido con la realidad española durante la Guerra Civil. Robert Jordan llega en medio de la contienda para unirse a un grupo de milicianos. Escondidos entre las montañas, aguardan el momento de volar un puente. Allí se enamora de María y establece lazos de amistad signados por la tragedia coral que se avecina.

9. Cesare Pavese (1908-1950).

El gran poeta y novelista italiano que tradujo novelistas norteamericanos se sentía tan profundamente afectado por la soledad que a los 42 años se suicidó en una habitación del hotel  de Turín donde se hospedaba después de recoger un premio literario por su libro El bello verano (1949).

Obras: Los cuentos, Entre mujeres solas, El oficio de vivir y El bello verano.

El bello verano

Escrito en la primavera de 1940 y publicado en 1949, El bello verano es, como afirmó el mismo Pavese, la historia de una virginidad que se protege, el relato de la pérdida inevitable de la inocencia. Con el trasfondo de un Turín gris y crepuscular, va devanándose el doloroso proceso de madurez de una ingenua adolescente: en el ambiente corrupto y son reglas de la bohemia artística turinesa, Ginia se enamora de un joven pintor por el cual, tras resistencias interiores y remordimientos mal disimulados, se dejará seducir.

 

10. Primo Levi (1919-1987). Este escritor italiano que sobrevivió al holocausto se lanzó por el hueco del ascensor de su casa en Turín sin dejar ninguna carta que justificase los motivos para ello.

Obras: Si ahora no, ¿cuándo?, Si esto es un hombre , La tregua y Vivir para contar. Escritos sobre Auschwitz.

Si esto es un hombre

Si esto es un hombre, el libro que inaugura la trilogía que Primo Levi dedicó a los campos de exterminio, surgió en la imaginación de su autor durante los días de horror en Auschwitz, cuando la principal preocupación de los prisioneros era que, de sobrevivir, nadie creería la atrocidad de la historia vivida. Los campos de concentración y exterminio, más que resguardados por las alambradas y los guardias, lo estuvieron por su propia monstruosidad, que los hacía inconcebibles.

11. Gabriel Ferrater (1922-1972).

Poeta catalán visto como un modelo intelectual y de poesía heterodoxa, se dice que recurrió a una bolsa de plástico, después de ingerir barbitúricos, para poner fin a su vida en su casa. Fue un escritor autodidacta, escéptico, riguroso y para nada convencional.

Obras: Las mujeres y los días.

Las mujeres y los días

En el extenso prólogo que abre este volumen, Arthur Terry afirma con gran acierto sobre Gabriel Ferrater: «,A veces dicen los críticos que un escritor ha ?creado su propio mundo?. A esto podríamos contestar que el único mundo que queremos es este en que vivimos y, por consiguiente, que lo que esperamos de un poeta es que escriba unos cuantos poemas buenos sobre este mundo. Ferrater es un poeta que cumple admirablemente este criterio: sobre todo, sus poemas representan un intento serio y variado de mostrar lo que significa vivir en el mundo ?un mundo que es asequible a cualquier persona capaz de verlo.»

12. Sylvia Plath (1932-1963).

La campana de cristal

La poetisa norteamericana más reconocida del siglo XX puso fin a su vida colocando la cabeza dentro del horno donde previamente había abierto el gas. Tenía 30 años y minutos antes había preparado el desayuno a sus hijos que todavía dormían. Las posibles causas fueron el reciente fallecimiento de su padre y el ser abandonada por su marido.

Obras: La campana de cristal, Johnny Pannic y la biblia de los sueños, Poesía completaTres mujeres , El libro de las camas y Dibujos.

Publicada inicialmente bajo seudónimo poco después del suicidio de su autora, La campana de cristal es la crónica de un año en la vida de Esther Greenwood (que viaja a Nueva York para introducirse en el mundo de la moda), el año de su depresión nerviosa y la terapia profesional siguiente, con ocasionales saltos en el tiempo hacia su época de estudiante, hasta la reintegración final de la protagonista en el mundo.

APORTACIONES DE LOS LECTORES

13. Yasunari Kawata (1899-1972).

Hijo de una familia acomodada que al quedar huérfano a los cuatro años se fue a vivir con sus abuelos paternos, que murieron cuando el contaba con quince años de edad. Fue el primer japonés en obtener el premio Nobel de Literatura (1968) y el segundo asiático, después de Rabrindranath Tagore.

Su pasión por las letras le llevaron a estudiar literatura inglesa en la universidad -aunque poco después se pasó a la literatura nipona- y trabajó como reportero y escritor. Siempre manifestó que las mayores influencias de sus obras fueron la muerte de sus familiares y la guerra.

Cuando se enteró de la muerte provocada de su amigo y discípulo Yukio Mishima él también se suicidó inhalando gas.

Obras: Lo bello y lo triste, País de nieve (Manga), La bailarina de Izu, La pandilla de Asakusa, Kioto, Mil grullas, En el lago, Historias de la palma de la mano, El rumor de la montaña, Primera nieve en el monte Fiju y  La casa de las bellas durmientes.

Lo bello y lo triste (1965)

Premio Nobel de Literatura en 1968. Triángulo de amor y destrucción. Con la excusa de escuchar las campanas del templo en el Año Nuevo, Oki Toshio, un escritor casado, viaja a Kioto. Allí visitará a Otoko, antigua amante a la que había humillado. Otoko vive con su protegida Keiko, una joven amoral, sensual y apasionada de apenas veinte años, que convertirá lo que tenía que ser un encuentro nostálgico en un drama cruel, lleno de erotismo y sensualidad. Yasunari Kawabata se quitó la vida con 72 años cumplidos y sin dejar ninguna explicación. Lo bello y lo triste es el testimonio póstumo de su maestría psicológica, de su virtuosismo y del carácter único de su obra literaria.

14. Yukio Mishima (1925-1970).

Bajo este seudónimo encontramos al novelista, ensayista y dramaturgo japonés Kimitake Hiraoka. Fue un autor muy prolífico que escribía muy rápido por puro interés económico, aunque  nunca en detrimento de la calidad. Considerado uno de los escritores más emblemáticos de la historia del Japón, su muerte fue objeto de todo tipo de especulaciones. El mismo día de su muerte hizo llegar a su editor el último libro de su tetralogía «El mar de la fertilidad», titulado La corrupción de un ángel. Esta tetralogía se puede concebir como un testamento ideológico que el escritor escribió para dejar constancia de su inconformismo ante una sociedad caracterizada por la decadencia espiritual y moral.

Obras: Vestido de noche, El eclipse, La ética del samurai en el Japón moderno, El marino que perdió la gracia del mar, La corrupción de un ángel. El mar de la fertilidad (4), Música, La escuela de la carne, Los sables, Confesiones de una máscara y El sol y el acero.

Confesiones de una máscara (1949)

«Hasta la idea de mi propia muerte me hacía estremecer con un placer desconocido. Tenía la sensación de poseer todo.» Koo-chan, el joven narrador de Confesiones de una máscara, es un alma atormentada por una sensibilidad turbadora que va creciendo con el estigma de saberse diferente a los demás. De aspecto débil y enfermizo, solitario y taciturno, de extracción menos favorecida que sus compañeros, irá descubriendo sus inclinaciones homosexuales cuando se siente atraído por Omi, un chico de fuerte constitución. Pero, esclavo de lo convencional, no puede aceptar que trasciendan sus diferencias y deseos, por lo que establece una relación con Sonoko, la hermana de su amigo Kasuno, intentando convencerse de que está enamorado de ella. Mientras asume su escaso poder para amar, irán aflorando sus fantasías y su fascinación por la belleza entremezclada con la sangre, la violencia, la muerte…, escenificado en el cuadro de Guido Reni que representa el martirio de San Sebastián. Confesiones de una máscara, traducida por primera vez del japonés, es un clásico de la narrativa moderna. Narrada en primera persona, ha sido considerada como una de las novelas más autobiográficas de Mishima. Polémica en su momento por su temática, fue su primer gran éxito literario que lo catapultó a la fama. Escrita con deslumbrante perspicacia y emotividad, y el culto a la palabra y a la estética que lo caracterizó, Mishima describe el camino de luces y sombras de Koo-chan, quien, para sobrevivir en aquel Japón de los años treinta y cuarenta, debe ocultarse tras una máscara de corrección, convirtiendo su vida en un escenario, en una mascarada en la que confluyen la realidad con las apariencias. «Esperaba la muerte como una dulce esperanza.»

Valencia, 23 de feb. 2017 (Àngels S. Amorós, Quelibroleo)

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5 opiniones en “La muerte en la literatura: 14 escritores que se quitaron la vida”

  1. Faltan escritores japoneses que también se quitaron la vida, son varios y muy importantes como Mishima y Kawabata premio Nobel de Literatura.

  2. El gran escritor húngaro Sándor Márai 1900-1989, novelista, periodista y dramaturgo. Su apellido original era Grosschmid. Murió de un disparo en la sien en California, donde había emigrado. La muerte de su esposa y de su hijo en el lapso de un año y medio lo dejaron en una soledad absoluta , aumentada por una casi total ceguera.
    Novelas: El último encuentro. La mujer ideal. Divorcio en Buda. La herencia de Eszter. Memorias: Confesiones de un burgués.

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