Góngora revela su perfil más «guasón» contra a la Inquisición

La investigadora e hispanista Amelia de Paz ha descubierto un nuevo texto autógrafo de Góngora que revela su perfil más «atrevido e irreverente». El documento ha sido encontrado en los fondos del Archivo Histórico Nacional, dentro de la sección de la Inquisición.

Se trata de una testificación del poeta cordobés ante el Santo Oficio el 25 de febrero de 1597, en la que acusa al inquisidor de Córdoba, Alonso Jiménez de Reynoso, de una conducta irregular.

Amelia de Paz halló este insólito documento hace unos meses durante los trabajos previos de preparación de la exposición Góngora. La estrella inextinguible. Magnitud estética y universo contemporáneo, organizada por Acción Cultural Española y que se inaugura este martes en la Biblioteca Nacional.

La testificación de Góngora ante el tribunal consta de diez páginas en las que relata, entre otros, los encuentros amorosos entre el inquisidor Reynoso y Doña María de Lara, a la que califica como «muy pública y escandalosa».

«Góngora era un guasón», subraya Amelia de Paz, quien invita a todo lector a leer con mimo este texto autógrafo porque «probablemente cambiará la visión que tenemos del poeta cordobés».

TIENTA LOS LÍMITES DE LA COMPOSTURA

Según ha explicado la investigadora a los medios de comunicación, en este texto autógrafo podemos descubrir al Góngora de juventud, en su ambiente, su Córdoba natal, divertido, alejado del aspecto serio que muestra en los retratos, e incluso parece «olvidarse de la gravedad de la situación y tienta los límites de la compostura».

Además esta testificación ante el tribunal «nos muestra muchos detalles de la vida cotidiana de Góngora que no eran conocidos», explica esta investigadora, quien ha empezado a escribir un libro al respecto.

Según alega Amelia de Paz, éste es un descubrimiento excepcional, ya que los últimos textos de Góngora se descubrieron en el siglo XIX y son apenas una treintena, exceptuando firmas y palabras sueltas. Entre los más destacados figuran las 28 cartas que Enrique Linares exhumó del manuscrito Angulo y Pulgar en 1892.

Asimismo, durante el siglo XX, sólo se conocieron los dos renglones con los que el poeta apostilló de su mano una carta dictada y que Dámaso Alonso dio a conocer en el tricentenario gongorino.

«El contenido de este autógrafo es insólito. Estamos acostumbrados a leer a un Góngora severo y serio. En este documento, se nos aparece un Góngora simpático y guasón, más cercano al estilo que marca en sus poemas. A ver ahora cómo lo reciben los gongoristas», concluye esta hispanista.

MADRID, 29 May. (EUROPA PRESS)

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