Beatrix Potter o la independencia de una mujer del siglo XIX gracias a un conejo

Beatrix Potter o la independencia de una mujer del siglo XIX gracias a un conejoPedro, Perico o Peter Rabbit fue el conejo más vivaracho, desobediente, atrevido y rebelde de su camada y también fue el personaje que más historias le inspiró a su creadora Beatrix Potter. La escritora, naturalista e ilustradora inglesa nació un 28 de julio de 1866 en el seno de una familia acaudalada que puso en manos de niñeras e institutrices la educación y el cariño de sus dos hijos.

Beatrix Potter de niña

Tal y como era habitual en el siglo XIX en las señoritas de clase alta, Beatrix recibió una esmerada educación victoriana que no permitió que su intelecto se desarrollase mucho más allá de lo que correspondía a alguien cuyas obligaciones se limitaban al hogar y a su familia. Pero la escritora desde muy pequeñita demostró una gran pasión hacia la naturaleza, las plantas y los animalitos que solía esconder en su habitación para estudiar y luego dibujar con todo detalle.

El hecho de ser mujer le impidió realizar estudios sobre botánica, aunque gracias a sus dotes para la pintura no dejó nunca de dibujar primero al carboncillo y luego en acuarela. El paso del dibujo a la escritura fue menos rápido y totalmente inesperado. Beatrix solía regalar cuentos ilustrados a las hijas de sus institutrices, las pocas personas con las que se relacionaba y con las que se llevaba muy bien. Fueron sobre todo ellas las que le animaron a publicar sus cuentos. Los padres de Beatrix, lejos de apoyarla en sus pasiones para las que estaba sobradamente capacitada incluso se mostraron contrarios a que se uniera sentimentalmente a cualquier persona que tuviera que trabajar para subsistir. El gran respeto que sentía Beatrix hacia las tradiciones y por sus mayores le obligaron a mantener en secreto su deseo de casarse con un editor que murió antes de que ella lograra independizarse gracias a sus cuentos.

Beatrix fue una mujer adelantada a su tiempo y la precursora del álbum ilustrado del siglo XX al entender una obra como un todo donde texto e imagen se complementan.  Fue una pionera también del merchandising porque patentó la imagen de Perico el Conejo y ganó dinero con toda una colección de peluches, platos, vasos, etc. que llevaban impresa la imagen del protagonista de muchas de sus historias. A ella le debemos la capacidad de las imágenes para contar a veces desde perspectivas diferentes a la del texto. Sus historias eran breves y sencillas, pensadas para un público infantil que adoraba las imágenes y era muy exigente con los detalles.

Uno de sus hallazgos más celebrados que han influido notablemente en escritores y/o ilustradores infantiles ha sido el antropoformismo animal al dotar a sus protagonistas de cualidades humanas, y no solo por los vestidos. A través de sus historias nos muestra el universo infantil alejado del prototipo de la época representado siempre por un niño bueno, obediente y pasivo.

Ella conseguirá centrar la atención en un conejito juguetón, atrevido y siempre sediento de aventuras que inicia su aprendizaje con travesuras que a veces tienen trágicas consecuencias. Ironía, aventura y transgresión en unas imágenes que hablan por sí solas. Autores consagrados como Lewis Carroll (Alicia a través del espejo), Roald Dahl (El gran gigante bonachón), Maurice Sendak (Donde viven los monstruos), Kenneth Grahame (El dragón perezoso) o Arnold Lobel (Días con Sapo y Sepo) tuvieron en Beatrix Potter una maestra y modelo a seguir.

Influencias del cuento «Perico el Conejo» hasta la actualidad

No fue hasta los 47 años de edad cuando Beatrix se casó con un abogado con el que convivió hasta que falleció en 1943 cuando ya contaba con 77 años. Hasta entonces, le dio tiempo a escribir hasta veintitrés historias antes de que la vista empezara a fallarle. Fue en ese momento cuando dejó su Inglaterra natal y concentró sus fuerzas en sacar adelante una granja de ovejas que tenía en Escocia, país donde transcurrían sus vacaciones de verano.

Si recuperamos los adjetivos que describían al simpático conejito Peter al principio no es exagerado considerarlo el alter ego de la autora. Aunque el animalito acaba siendo el ingrediente principal de un magnífico pastel de carne que preparan los granjeros, hartos de las trastadas del conejo en su huerto. No es un final esperanzador pero tal vez es un reflejo del riesgo que entraña ir a contracorriente y hacer de la curiosidad y de la aventura nuestra razón de ser.

Algunos de sus libros más conocidos son: Las travesuras de Perico el Conejo y sus amigos y El cuento de Perico y la familia de Benjamín .

Valencia, 28 jul (Àngels S. Amorós, Quelibroleo)

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