¿Asesinó la KGB a Camus?

Italia, 9 ago. (publico.es / Daniel del Pino).- La versión oficial durante los últimos 50 años cuenta que Albert Camus falleció en un accidente de coche el 4 de enero de 1960. Aquella mañana, el escritor, que había recibido el Premio Nobel de Literatura hacía dos años, convirtiéndose en el autor más joven en ganar este galardón, volvía hacia París después de un día de descanso con el editor Michel Gallimard y su familia. La carretera estaba helada y a la altura de Petit-Villeblevin el vehículo se salió de la carretera y se estrelló contra un árbol.

Camus falleció casi al instante dejando como única herencia un manuscrito de 144 páginas que la Policía rescató de los restos del coche. Era El primer hombre, obra sin acabar que sería publicada en 1994 por su hija.

Il Corriere della Sera publicó una versión de los hechos bien distinta que podría convertir un accidente casual en un homicidio. El periódico italiano recogía la teoría del académico y poeta italiano Giovanni Catelli, quien afirma que Camus fue víctima del aparato sin escrúpulos de la KGB por sus críticas a las atrocidades soviéticas en Hungría. Catelli llegó a esta conclusión después de hablar con Maria Zabranova, viuda de Jan Zabrana, escritor checo reconocido por su traducción del ruso de Doctor Zhivago, de Boris Pasternak.

Al morir, Zabrana dejó a su mujer un diario que esta publicó bajo el título Toda una vida. Pero hasta la aparición de Catelli no se había sabido nada de la tesis del autor checo, ya que en su traducción al italiano y al francés se eliminó la parte que habla de una venganza contra Camus. «El accidente de carretera de Camus en 1960 fue organizado por el espionaje soviético. Ellos manipularon un neumático gracias a un instrumento técnico que partió en dos la rueda con la alta velocidad. La orden venía directamente del ministro Shepilov como recompensa por el artículo publicado en Franc-Tireur, en marzo de 1957, en el que Camus lo atacaba por los sucesos de Hungría», relata en la versión original Zabrana. Dmitri Shepilov fue ministro de Exteriores de Stalin y el encargado de aplastar la revuelta húngara en 1956 contra la URSS.

Zabrana asegura en sus memorias que conoció los hechos por «una persona muy informada y fiable». Y según Maria Zabranova, ese informante sólo podía ser o Georg Gibian estadounidense con doble nacionalidad checa y profesor de Literatura rusa en la Universidad de Cornell, que viajaba frecuentemente a Praga y Moscú o Jiri Zuzanek, profesor en la Universidad de Waterloo en Canadá.

Il Corriere especula con que la idea del asesinato no es descabellada, ya que el escritor checo refiere en su diario un discurso profundamente antisoviético de Camus, 23 años antes de su muerte.

No es motivo suficiente para Olivier Todd, excorresponsal de la BBC en París y autor en el año 2000 de una biografía de Camus. El pasado domingo, en una conversación con The Observer dijo que «ninguna acción de la KGB y sus sucesores me sorprendería, pero esta versión me deja atónito. Hay que preguntarse quién se puede beneficiar de que esta historia se haga pública y por qué […] Es interesante y entretenida. Desde luego, es cierto que la documentación del KGB está llena de archivos que demuestran cómo los soviéticos le encargaban a los checos el trabajo sucio. Por eso no me extrañaría que el KGB hiciera una cosa así, aunque no me la creo».

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