Novela gráfica por antonomasia, de la cual puedo decir que he ido retrasando su lectura en reiteradas ocasiones, y me arrepiento por ello, pues me ha parecido fantástica en su concepción. Porque la novela son dos historias a la vez: la primera narra la relación entre padre e hijo, protagonista y autor de la obra, respectivamente; relación compleja con un choque generacional descomunal incrementado por la personalidad del padre que ha sido moldeada por el horror, que se pone de manifiesto mientras Art, le entrevista para obtener la información necesaria para su obra; por otro lado, la crónica de la vida de Vladek anterior y durante la Segunda Guerra Mundial, y el periplo inhumano en el campo de concentración de Auschwitz. Bien representada y magníficamente guionizada, sorprende ese simbolismo animal, la deshumanización de los personajes que es un elemento clave de la obra: las ratas (judíos) lo más bajo y despreciable para los depredadores sin corazón, gatos (nazis) con su némesis canina (soldados norteamericanos); y los cerdos (polacos) cuyo comportamiento es en ocasiones tan despreciable como el de los nazis.
hace 2 meses
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