Con este libro tengo sensaciones encontradas. Por un lado me ha tenido durante días queriendo saber que iba a ocurrirle a Jane y preguntándome como lograría a triunfar o no en la vida, pero por otro lado los personajes no me llegaron a gustar en absoluto.
Al principio de la historia parecería que la pequeña Jane Eyre iba a ser una mujer de armas tomar, sin embargo a lo largo de su crecimiento vemos como todo ese potencial queda encerrado en la imagen de una chica debilucha, que si bien la autora aclara constantemente que es orgullosa, empedernida y con férreos principios, todo esa fuerza queda escondida tras su ímpetu por pasar desapercibida. Por otro lado los personajes masculinos, en especial el Sr. Rochester y St. Rivers me parecieron demasiado agresivos, tanto que a ratos me parecía leer diálogos propios de un maltratador de mujeres, aunque la autora no los refleja como tales y por tanto parece que no los consideró así al momento de darles vida, es la imagen que a mi me dejaron.
También debo criticar que el exceso de virtuosismo de Jane Eyre me sacó en ocasiones de quicio, pues como algunos podrán compartir conmigo, si no hubiese sido tan orgullosa y no se hubiese empeñado en obrar como obró, otra historia hubiese sido contada, una historia mucho más atractiva a mi modo de ver.
En definitiva, una obra que me dejó un sabor agridulce, pues si bien mantengo toda las críticas que he manifestado, por alguna extraña razón me gustó bastante leerla.
Seguiré leyendo libros de esta autora a ver si con otro me logra cautivar.
hace 11 años
5
-3