Para aquellos que en algún momento se hayan visto fascinados por El desencanto, aquel mítico documental que firmó Jaime Chávarri en 1976 y en donde la familia de Leopoldo Panero desnudó sus intimidades, Espejo de sombras reviste un especial interés. En el documental, la madre, Felicidad Blanc, se vio sorprendida por los ataques de los cuales fue objeto, especialmente por su segundo hijo, Leopoldo María. A raíz del éxito del filme de Chávarri, y en parte también para limpiar sus sombras, poco después se fraguó Espejo de sombras, biografía de Felicidad Blanc surgida al calor de sucesivas conversaciones con Natividad Massanés, quien las ordenó y transcribió. Con unos antecedentes de este calado, forzoso es advertir que son unas memorias algo tramposas, imprecisas, donde constantemente se enjuicia el trato de los demás, pero casi nunca el propio. Aun así, tienen un gran interés: como acierto está la cercanía de la prosa, que permite devorar páginas y páginas sin cansancio; está la interesante nómina de sucesos históricos —el Madrid asediado en la Guerra Civil, el Londres de la posguerra...— y de personajes —los Panero, Luis Cernuda, Luis Rosales...— que pasan por sus páginas; y está la lucidez de un personaje, Felicidad Blanc, que gana atractivos a cada momento. (Carlos Cruz, 6 de abril de 2015)
hace 9 años