Una segunda parte que no aporta novedad y a la que le falta la sorpresa y más páginas de la maravillosa prosa del anterior. No me ha convencido, solo hay recuerdos triviales y reflexiones ya leídas. Ordesa me encantó pero éste le dejé sin terminar porque , además de partiidista desde la mitad me resultaba demasiado repetitivo . Con Ordesa hubiera sobrado!

No he leído aún Ordesa, lo comencé pero no me sentí preparada en ese momento para continuar, las páginas que leí me conmocionaron profundamente y decidí esperar a otro momento en que me sintiera más fuerte. Desde mi punto de vista Alegría no es una novela pura, considero que es un libro a caballo entre la novela y el ensayo. Está lleno de reflexiones sobre la vida. Alegría me ha encantado, me ha tocado, me ha emocionado, me ha dolido, me ha hecho reflexionar, me ha hecho reír, pero por encima de todas las cosas me ha hecho observar la belleza convertida en palabras contenida en todas y cada una de sus paginas.

En esta (se puede decir) segunda parte de Ordesa, Vilas se centra más en la relación del narrador con sus hijos, aunque la obsesión con los padres sigue bastante presente. A ver: si te gustó Ordesa, te encantará Alegria. Si no, mejor abstenerse.