El esperado final de la trilogía de Murakami me ha dejado un poco frío. Realmente hasta me pregunto si era realmente necesaria, aunque en realidad, al menos en mi caso, puede que la relativa decepción que me ha producido este libro es causado por las excesivas expectativas creadas por los dos magníficos volúmenes previos. Primer aviso, inútil leer este libro si no has leído los dos primeros, aunque se agradece el esfuerzo del autor para poner al lector en antecedentes, realmente creo que el detalle de explicar algunas cosas vistas en los 2 primeros tomos es más bien para refrescar la memoria a los lectores olvidadizos y no para facilitar la lectura a algún supuesto nuevo lector. Segundo, en este libro la narración coge un giro distinto, como por decirlo de alguna manera, hay más acción, aunque contradictoriamente la historia realmente no avanza prácticamente nada desde el punto en que quedó en el último libro y se precipita a un final realmente un poco frío, como toda la novela en si. La principal novedad de esta última parte es la introducción de un tercer personaje en la narración, realmente sorprendente, si hubiera que escoger un secundario para “ascenderlo” a la categoría de protagonista, creo que casi nadie hubiera pensado en el siniestro Ushikawa para ese honor. Aunque el autor resuelve bien esa novedad, realmente queda un poco la sensación de relleno con este personaje. Tampoco quiero ser muy negativo con el libro, creo que todo el que haya leído las dos primeras partes debe, y supongo que deseará, leer esta conclusión, el libro se lee “de un tirón” como se suele decir y eso si, que nadie se espere muchas explicaciones, el estilo Murakami es así, las motivaciones las pone el lector con su imaginación -Atención: Spoiler del argumento, si vas a leer el libro no sigas….el que avisa….. Tengo y Aomamé siguen con su búsqueda mutua en lo que se ha convertido un amor puro y total entre los dos, Fukaeri sale prácticamente de la historia y Los Precursores pierden fuelle. Todo el libro va a girar en torno a Tengo, Aomamé y Ushikawa como convidado de piedra. El escenario se reduce todavía más que en la primera parte de la historia y todo en la narración se conduce a un climax final, que no voy a descubrir pero que es bastante fácil de adivinar. Tal como dije antes, no hay explicaciones, la historia es como es, cada uno la puede interpretar a su manera. En resumen, haciendo una evaluación global de la obra, realmente es estupenda, muy recomendable aunque se podría haber hecho en dos volúmenes.
hace 11 años
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